Las largas sombras




He sido un escritor en esta ciudad durante más de una década y siempre he sentido esta extraña sensación de ser un extraño. Como si caminara entre las sombras de los gigantes que me precedieron, sus palabras resonando en los pasillos del tiempo.

Sus obras maestras se erigen como monolitos, proyectando largas sombras sobre mis esfuerzos. Intento escribir, pero mis palabras parecen pálidas y tenues en comparación. Como una flor luchando por florecer bajo la imponente sombra de un árbol antiguo.

De alguna manera, encuentro consuelo en esta analogía. Las raíces profundas de estos gigantes literarios han nutrido el suelo en el que escribo. Sus palabras han moldeado mi mente y mi perspectiva, allanando el camino para mi propia voz.

Pero también hay un precio que pagar. La competencia es feroz y las expectativas son altas. Es como tratar de escalar una montaña cuya cima parece perpetuamente fuera de alcance. El peso de sus logros me pesa como una mochila llena de rocas.

A veces, me encuentro preguntándome si soy un soñador delirante. ¿Quién soy yo para pensar que puedo dejar mi propia marca en esta ciudad literaria? ¿No es mi destino ser un humilde seguidor, condenado a ocupar un lugar en las sombras?

  • Ejemplos personales:
    He trabajado incansablemente, escribiendo hasta altas horas de la noche, sacrificando sueño y relaciones sociales por mi pasión. Pero incluso cuando creo algo de lo que estoy orgulloso, el temor al juicio me corroe.
  • Tono conversacional:
    Créeme, entiendo la lucha. Es como si todos llevaran faros brillantes, iluminando su camino, mientras yo tropiezo en la oscuridad, buscando una chispa de inspiración.

Pero luego recuerdo las palabras de un viejo maestro: "La grandeza se encuentra en la búsqueda, no en la consecución". No se trata de superar a los gigantes, sino de encontrar nuestra propia luz única.

Así que escribo, no para eclipsar a los maestros, sino para arrojar mi propia luz sobre el mundo. Es posible que mis palabras nunca alcancen las alturas de sus obras maestras, pero eso no es lo importante.

Lo importante es que escriba con honestidad, pasión y perseverancia. Que encuentre mi propia voz, mi propia perspectiva y mi propia historia para contar. Porque incluso en las sombras más largas, las pequeñas luces pueden brillar.

Así que a todos los escritores que se sienten como extraños en una ciudad literaria, recuerden: no estamos solos. La sombra de los gigantes puede ser desalentadora, pero también puede inspirar. Sigamos escribiendo, sigamos buscando nuestra luz única y sigamos dejando nuestra huella en el mundo, una palabra a la vez.