¡Ley mordaza, el bozal a la libertad de expresión!




En un mundo donde la comunicación es vital para el progreso, la democracia y los derechos humanos, asoma la sombra amenazante de la "Ley mordaza", un grillete que pretende silenciar las voces críticas y acallar el libre pensamiento.

Es un atentado a la esencia misma de la libertad de expresión, un derecho fundamental que nos permite compartir ideas, cuestionar el poder y luchar por un mundo mejor. Pretende encerrarnos en una burbuja de uniformidad, donde solo se escuchen los cánticos de quienes dominan.

Recuerdo cuando escuché por primera vez el término "Ley mordaza". Me invadió una sensación de incredulidad. ¿Cómo era posible que en pleno siglo XXI se pretendiera amordazarnos?

Pero no fue un mero espejismo. La "Ley mordaza" se convirtió en una dolorosa realidad, un instrumento para silenciar a periodistas, activistas y ciudadanos que se atrevían a denunciar injusticias.

Es una ley infame que persigue a quienes protestan pacíficamente, multa a los que graban a agentes policiales abusando de su autoridad y amenaza con prisión a quienes se manifiestan libremente. Es un ataque descarado a nuestra democracia, una vergüenza para nuestra sociedad.

No podemos permitir que la "Ley mordaza" siga limitando nuestra libertad de expresión. Debemos luchar contra ella con todas nuestras fuerzas. Debemos utilizar las redes sociales, los medios de comunicación y nuestra voz para denunciar esta injusticia y exigir su derogación.

La libertad de expresión es el oxígeno de la democracia. Sin ella, no podemos construir sociedades justas y equitativas. No podemos avanzar hacia un mundo mejor. Por eso, defendamos nuestro derecho a hablar, a cuestionar, a protestar, a compartir nuestras ideas y a exigir un futuro mejor.

Juntos, podemos hacer frente a la "Ley mordaza" y proteger nuestra libertad de expresión. Juntos, podemos construir un mundo donde las voces disidentes no sean acalladas, sino escuchadas.