La libertad de expresión es un pilar fundamental de cualquier democracia. Resguarda nuestro derecho a decir lo que pensamos, a expresar nuestras ideas y creencias, sin temor a la censura o la persecución.
Sin embargo, en algunos países, existen leyes que restringen este derecho en nombre de la seguridad nacional o el orden público. España es uno de ellos, donde la llamada "Ley mordaza" ha sido ampliamente criticada por sus detractores.
Aprobada en 2015, la "Ley mordaza" es un conjunto de reformas que penalizan ciertas formas de protesta y expresión. Está diseñada para combatir el terrorismo y la violencia, pero sus críticos argumentan que va demasiado lejos y socava las libertades civiles.
Uno de los aspectos más controvertidos de la ley es su definición de "desorden público". Antes, este término se limitaba a la violencia o los disturbios. Ahora, incluye cualquier comportamiento que "perturbe gravemente la seguridad ciudadana".
Esto ha llevado a multas y penas de prisión por acciones como protestar pacíficamente, portar pancartas o grabar a la policía. Los críticos sostienen que esta definición es vaga y permite a las autoridades reprimir cualquier forma de disenso.
Como ciudadana, me preocupa la "Ley mordaza". Creo que nuestro derecho a expresarnos libremente es esencial para una sociedad saludable y democrática. Entiendo que las autoridades deben proteger la seguridad pública, pero también deben respetar las libertades civiles.
La "Ley mordaza" tiene un efecto paralizador sobre la libertad de expresión. Nos hace temer hablar en contra del gobierno o expresar opiniones impopulares. Esto crea un ambiente de silencio y autocensura, que es peligroso para cualquier democracia.
Creo que es hora de derogar la "Ley mordaza". Debemos defender nuestro derecho a la libertad de expresión. Les insto a unirse a mí en la lucha contra esta ley y a exigir un futuro en el que podamos hablar libremente sin temor a represalias.