Lluvias Canarias: Una bendición necesaria




Como canario de toda la vida, he presenciado innumerables tormentas que han azotado nuestras costas, trayendo consigo una mezcla de alivio y preocupación. En nuestra tierra árida, las lluvias son un don preciado, una bendición que da vida a nuestra flora y fauna y renueva nuestros espíritus.
Pero también somos conscientes del poder destructivo de las lluvias torrenciales. Las inundaciones y los deslizamientos de tierra pueden devastar comunidades enteras, dejando tras de sí un rastro de destrucción. Es una danza delicada, en la que damos la bienvenida a las lluvias y esperamos que su furia se mantenga a raya.
Las lluvias en Canarias son un espectáculo digno de contemplar. Las nubes se arremolinan y se agrupan, formando imponentes columnas que se extienden hasta los cielos. Los relámpagos iluminan el cielo, creando breves pero deslumbrantes cuadros de belleza. Y cuando las lluvias finalmente llegan, es como si la tierra misma suspirara con alivio.

El aroma a tierra mojada impregna el aire, despertando recuerdos nostálgicos y llenándonos de esperanza. Los campos marchitos cobran vida, transformándose en un tapiz verde esmeralda. Las flores silvestres florecen en una explosión de colores, atrayendo a mariposas y abejas. Y nuestros embalses, tan a menudo vacíos, se llenan hasta los topes, asegurando un suministro de agua para los meses venideros.

Aunque las lluvias pueden ser una bendición, también pueden ser un recordatorio de nuestra vulnerabilidad. Los barrancos que normalmente están secos se convierten en torrentes impetuosos, amenazando con arrastrar todo a su paso. Las carreteras se vuelven intransitables, cortando el acceso a pueblos y aldeas. Y las casas construidas sobre terrenos inestables pueden colapsar, dejando a las familias sin hogar.
Es por eso que debemos prepararnos para las lluvias. Debemos construir diques y muros de contención para controlar las inundaciones. Debemos limpiar los barrancos y cauces para evitar obstrucciones. Y debemos educar a nuestra población sobre los peligros de las lluvias torrenciales.

Las lluvias en Canarias son un recordatorio del delicado equilibrio de la naturaleza. Debemos respetar su poder y aprovechar sus beneficios con sabiduría. Que las lluvias nos traigan vida, renovación y esperanza, pero que también nos recuerden la importancia de la planificación y la preparación.