¿Quién no recuerda a Locomía, el grupo español que triunfó en los 90 con su música electrónica y su estética extravagante? Su canción "Locovox" se convirtió en un himno de la época y su look, con sus hombreras y sus gafas de sol, fue imitado por muchos jóvenes. Pero más allá de su éxito musical, Locomía esconde una historia llena de dramas, excesos y tragedia.
El grupo nació en 1984 en Ibiza, cuando el productor y compositor José Luis Gil decidió crear un proyecto musical que fusionara la música electrónica con elementos étnicos. Para ello, reclutó a cuatro jóvenes: Xavier Font, Gard Passchier, Carlos Armas y Manuel Arjona. El nombre del grupo surgió de la palabra "locura" y la letra "m", que representaba el Mediterráneo.
El éxito de Locomía fue fulgurante. Su primer álbum, "Taiyo", vendió más de un millón de copias en todo el mundo y les llevó a actuar en los escenarios más importantes de Europa y América. Su estética andrógina y sus coreografías provocativas les convirtieron en un fenómeno mediático, pero también en el blanco de las críticas de los sectores más conservadores de la sociedad.
Sin embargo, el éxito de Locomía fue efímero. Los problemas internos, el consumo de drogas y los conflictos con su productora acabaron por dinamitar el grupo. Los miembros se fueron marchando uno a uno y en 1992 Locomía se disolvió oficialmente.
Tras la disolución del grupo, los miembros de Locomía tomaron caminos separados. Algunos siguieron en el mundo de la música, mientras que otros desaparecieron de la escena pública. Xavier Font, el vocalista principal, falleció en 2021 a causa de una enfermedad terminal. Carlos Armas, el percusionista, se retiró de la música y ahora vive una vida tranquila en Mallorca.
La historia de Locomía es una mezcla de luces y sombras. Fue un grupo que triunfó en todo el mundo, pero que también estuvo marcado por los excesos y la tragedia. Sus canciones siguen siendo recordadas hoy en día y su estética sigue siendo una referencia para muchos artistas.
Aunque Locomía ya no existe, su legado sigue vivo. Su música y su imagen siguen siendo un símbolo de una época y de un grupo que marcó a una generación.
AnecdotarioLa historia de Locomía nos enseña que el éxito y la fama pueden ser efímeros. Es importante disfrutar del momento y apreciar lo que tenemos, porque nunca se sabe lo que puede pasar en el futuro.
También nos enseña que la amistad y el apoyo son fundamentales en la vida. Los miembros de Locomía eran amigos antes de formar el grupo y su amistad les ayudó a superar los momentos difíciles.
Locomía fue un grupo único e irrepetible. Su música y su estética siguen siendo un referente para muchos artistas y su historia nos sigue fascinando hoy en día.
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