¡Los lobos rugen en el Olímpico!




El West Ham, tras su sonada victoria en el derbi ante el Tottenham, visitaba tierras lobunas con la intención de prolongar su racha positiva. Pero los Wolves, aupados por su fiel afición, tenían otros planes.

El Molineux, ese estadio con solera, se engalanó para la ocasión. La grada, abarrotada, rugía con fuerza, creando una atmósfera ensordecedora. Y es que los Wolves, como los auténticos lobos que son, no estaban dispuestos a dejarse intimidar por las huestes "hammer".

El partido comenzó con los Wolves imponiendo su ley. Los de Bruno Lage, con una presión alta y un juego directo, no tardaron en poner en apuros a la defensa del West Ham. Y, como no podía ser de otra forma, el gol llegó por medio de un cabezazo de Raúl Jiménez. El mexicano, con su imponente presencia, se elevó por encima de todos y mandó el balón al fondo de la red.

Los Wolves, con el viento a favor, continuaron dominando el juego. Los "hammers", incapaces de frenar el ímpetu local, veían cómo el balón les quemaba en los pies. Y, poco antes del descanso, llegó el segundo tanto de los Wolves, esta vez obra de Daniel Podence. El portugués, con un disparo cruzado, dejó sin opciones a Fabianski.

En la segunda parte, el West Ham salió con ganas de remontar. El técnico David Moyes realizó varios cambios, dando entrada a jugadores de refresco. Pero los Wolves, bien plantados en el campo, supieron aguantar las acometidas de su rival.

El West Ham tuvo alguna ocasión clara, pero la suerte no estuvo de su lado. Los Wolves, con un trabajo defensivo encomiable, se agigantaban ante cada ataque de los "hammers". Y, finalmente, en los últimos minutos, llegó el gol de la sentencia. Hwang Hee-chan, tras recibir un pase de Traoré, puso el broche de oro a la victoria de los Wolves.

El Molineux estalló en júbilo. Los Wolves habían conseguido una victoria de prestigio ante un rival directo. Y, lo que es más importante, habían demostrado que están hechos de otra pasta. Los "hammers", por su parte, deberán lamerse las heridas y buscar la redención en sus próximos compromisos.

Los Wolves, con esta victoria, se afianzan en la zona alta de la tabla. El equipo de Bruno Lage está demostrando que tiene potencial para grandes cosas. Y, quién sabe, quizás este sea el año en el que los lobos rujan en el concierto de los grandes.