Marilyn Manson




¿Fue por mi culpa que Marilyn Manson casi me asesina?

Empecé a escuchar a Marilyn Manson cuando tenía 14 años. Estaba pasando por una fase difícil en mi vida y su música me resultaba muy identificable. Estaba enojado, confundido y tratando de encontrar mi lugar en el mundo. La música de Manson me hizo sentir como si no estuviera solo. Era como si él entendiera lo que estaba pasando.

Años más tarde, cuando tenía 18 años, fui a ver a Marilyn Manson en concierto. Fue una experiencia que me cambió la vida. Fue increíble ver a alguien que admiraba mucho actuar en vivo. Después del concierto, me acerqué a la trastienda para conocerlo. Estaba nervioso, pero también muy emocionado.

Cuando lo conocí, fue muy amable y servicial. Parecía genuinamente interesado en lo que tenía que decir. Firmados autógrafos y tomamos fotos. Fue un momento surrealista.

Unos meses después, volví a ver a Marilyn Manson en concierto. Esta vez, no fui solo. Llevé a mi novia conmigo. Ella también era una gran fan de Manson. Después del concierto, fuimos a la trastienda para conocerlo de nuevo.

Esta vez, Manson no fue tan amable. Parecía distante y poco interesado en conocernos. Nos firmará autógrafos y se tomarán fotos, pero luego se marchará sin decir una palabra.

Salimos de la trastienda sintiéndonos decepcionados y confundidos. No entendíamos por qué Manson había sido tan amable la primera vez que lo conocimos, pero tan grosero la segunda vez.

En los años transcurridos desde entonces, he reflexionado mucho sobre mis encuentros con Marilyn Manson. Creo que la primera vez que lo conocí, estaba en un lugar muy vulnerable. Estaba buscando algo a lo que aferrarme y él estaba allí para mí. La segunda vez que lo conocí, era una persona diferente. Había cambiado y ya no necesitaba su música para guiarme.

No estoy seguro de qué pasó entre la primera y la segunda vez que conocí a Marilyn Manson. Quizás estaba pasando por un mal momento en su vida. Quizás simplemente se había cansado de ser amable con sus fans.

Lo que sí sé es que mis encuentros con Marilyn Manson tuvieron un profundo impacto en mi vida. Me enseñaron la importancia de ser fiel a mí mismo y no dejar que las celebridades me definan.

También me enseñaron que las personas pueden cambiar. Y eso no siempre es algo malo.