El metanol, también conocido como alcohol metílico, es un alcohol incoloro y volátil con un olor penetrante. Aunque puede sonar familiar, es importante saber que no es tu típico alcohol para beber.
El metanol tiene un aroma similar al del alcohol etílico, pero esa agradable fragancia esconde un grave peligro. Beber incluso pequeñas cantidades puede provocar problemas graves, incluyendo ceguera, daño cerebral e incluso la muerte.
Consejo: Nunca bebas líquidos sospechosos o de procedencia desconocida.
A pesar de sus riesgos, el metanol tiene usos industriales importantes como combustible, disolvente y agente de limpieza. Incluso se utiliza en algunos productos de consumo como el líquido limpiaparabrisas.
En el ámbito médico, el metanol se emplea en cantidades controladas como antídoto para el envenenamiento por etilenglicol. Sin embargo, esta aplicación debe ser supervisada estrictamente por profesionales médicos.
En algunos casos, el metanol se ha utilizado ilegalmente para adulterar bebidas alcohólicas. Esta práctica fraudulenta puede tener consecuencias fatales. Algunos países han prohibido por completo el metanol para consumo humano, mientras que otros aplican regulaciones estrictas para evitar su adulteración.
Para protegerte del metanol, sigue estos consejos:
Recuerda, el metanol es una sustancia peligrosa que debe manejarse con precaución. Al estar informado sobre sus riesgos y tomar las medidas necesarias, puedes protegerte y proteger a tus seres queridos de sus graves consecuencias.