El Milan, actual campeón de la liga, entró en el partido como ligero favorito. Con jugadores de la talla de Paolo Maldini, Kaka y Shevchenko en sus filas, los rossoneri estaban decididos a demostrar por qué eran los mejores de Italia. El Sassuolo, por su parte, no era rival. Encabeza la tabla con solo una derrota en sus últimos diez partidos y buscaba dar la campanada.
El partido comenzó de forma explosiva, con ambos equipos lanzándose al ataque desde el primer pitido. El Milan tuvo la primera oportunidad del partido cuando Kaká se coló por la banda derecha y lanzó un centro que fue rematado por Shevchenko, pero el disparo del ucraniano se estrelló en el larguero.
El Sassuolo no se quedó atrás y respondió con una serie de contraataques rápidos. El delantero Domenico Berardi fue una amenaza constante para la defensa del Milan, y casi abrió el marcador con un disparo desde fuera del área que se fue desviado por poco.
A mitad de la primera parte, el Milan empezó a hacerse con el control del partido. Los centrocampistas Andrea Pirlo y Gennaro Gattuso se hicieron con el control del medio campo y empezaron a dictar el ritmo del juego. Como resultado, el Milan creó varias oportunidades más, pero no pudo encontrar el gol que abriera el marcador.
La segunda parte siguió igual que la primera, con ambos equipos atacando y defendiendo con igual vigor. El Milan finalmente rompió el empate en el minuto 65 cuando Kaká marcó un gol magistral. Recibió un pase desde la banda izquierda y, con un toque sutil, se libró de su marcador y mandó el balón a la esquina inferior de la red.
El gol dio al Milan el impulso que necesitaba y pronto encontró un segundo gol. En el minuto 75, Shevchenko marcó un magnífico gol de cabeza tras un centro de Maldini. El Sassuolo no se rindió y siguió luchando hasta el final, pero no pudo encontrar un gol de consolación.
El Milan se llevó la victoria por 2-0 y se afianzó en la cima de la Serie A. El Sassuolo, por su parte, se mantiene en el segundo puesto, pero ahora tiene cinco puntos de desventaja respecto al líder. Fue una noche inolvidable para el fútbol italiano, con dos de los mejores equipos del país ofreciéndonos un espectáculo épico.