El mundo de las letras está de luto por la triste pérdida de Francisco Rico, el coloso de la filología española y el faro de la cultura en nuestro tiempo. Su partida ha dejado un vacío insondable en los corazones de todos aquellos que tuvimos el privilegio de conocer su inmensa sabiduría y su bondad aún mayor.
Una vida dedicada al conocimientoFrancisco Rico nació en Barcelona en 1942, y desde temprana edad mostró un brillo excepcional. Su amor por la lectura y su sed insaciable de conocimiento lo llevaron a dedicarse en cuerpo y alma a la filología. Estudió en la Universidad de Barcelona y en la Universidad de Salamanca, donde fue discípulo de grandes maestros como Dámaso Alonso y Martín de Riquer.
A lo largo de su brillante trayectoria, Rico ocupó importantes cátedras en la Universidad Autónoma de Barcelona, la Universidad de Yale y la Universidad de Columbia. Fue director de la Biblioteca Nacional de España y del Instituto Cervantes, y miembro de la Real Academia Española y de la American Academy of Arts and Sciences.
Un maestro de maestrosRico no solo fue un erudito excepcional, sino también un maestro excepcional. Sus clases magistrales eran legendarias, y sus alumnos salían de ellas transformados, inspirados por su pasión por la palabra y su capacidad para desentrañar los misterios de los grandes textos.
El legado de Francisco Rico es inmenso. Su vasta obra, que abarca ensayos, ediciones críticas, traducciones y biografías, es una fuente inagotable de conocimiento y deleite para los amantes de la literatura.
Más allá de sus logros académicos, Francisco Rico era una persona excepcionalmente amable y generosa. Siempre estaba dispuesto a compartir sus conocimientos y a apoyar a los jóvenes investigadores. Su sentido del humor y su contagioso entusiasmo por la vida hicieron de él un querido compañero y amigo.
Su fallecimiento es una pérdida irreparable para el mundo de las letras y para todos aquellos que tuvimos la suerte de conocerlo. Sin embargo, su legado permanecerá vivo en sus escritos, en sus enseñanzas y en la memoria de quienes tuvimos el honor de compartir su camino.
DespedidaDespedimos a Francisco Rico con profunda tristeza, pero también con un profundo agradecimiento por las innumerables vidas que ha enriquecido. Su amor por la palabra, su pasión por el conocimiento y su bondad sin límites seguirán inspirando y guiando a las generaciones venideras.
Descansa en paz, maestro.