¡No toques ese camión!




¿Alguna vez has tenido un momento en el que te has sentido completamente perdido y abrumado? Así es como me siento cada vez que estoy cerca de un camión.

No me malinterpreten, soy una persona práctica. Me gusta arreglar cosas, construir cosas e incluso desmontar cosas sólo para volver a montarlas. Pero cuando se trata de camiones, mi cerebro se convierte en un lío de tornillos y tuercas.

Recuerdo una vez que intenté cambiar el aceite de mi camioneta. Parecía bastante sencillo: quitar el tapón de drenaje, dejar que el aceite viejo se escurriera y luego volver a poner el tapón. Pero por supuesto, nada es tan fácil como parece.

Por alguna razón, el tapón de drenaje estaba atascado. Lo intenté con todas mis fuerzas, pero no se movía ni un milímetro. Empecé a sudar y maldecir, y cuanto más frustrado me ponía, más apretado parecía estar el tapón.

Justo cuando estaba a punto de rendirme y llamar a un mecánico, mi vecino vino al rescate. Con sólo un rápido giro de su llave inglesa, el tapón se soltó y el aceite viejo se escurrió alegremente.

Lo que me di cuenta ese día es que no todo el mundo está hecho para ser mecánico. Algunas personas tienen un don natural para ello, mientras que otros, como yo, deberían mantenerse alejados de los camiones y las herramientas.

Así que, si alguna vez te encuentras cerca de un camión y sientes la tentación de meter mano, por favor, resiste la tentación. Déjalo en manos de los profesionales. Porque, créeme, no quieres ser yo, luchando con un tapón de drenaje atascado y un charco de aceite en el suelo.

Consejos para los no mecánicos:
  • Mantente alejado de los camiones y las herramientas.
  • Si necesitas que se arregle algo, llama a un mecánico.
  • No intentes ser un héroe, podrías acabar empeorando las cosas.
  • Recuerda, ¡no todo el mundo está hecho para ser mecánico!