¡Estábamos tranquilos en la oficina, trabajando como siempre, cuando de repente el edificio empezó a temblar! Al principio pensé que era una broma, pero luego vi cómo las lámparas se balanceaban y los papeles volaban por los aires. ¡Fue un momento de pánico!
Salimos corriendo a la calle y allí nos encontramos con un montón de gente asustada. El suelo seguía temblando bajo nuestros pies y los edificios parecían bailar. ¡Nunca había vivido algo así!
Según los expertos, el terremoto fue de una magnitud de 5,0 y tuvo su epicentro en el norte del estado de Nueva York. No se han registrado daños graves, pero sí algunos desperfectos en edificios antiguos.
Para mí, fue una experiencia aterradora, pero también inolvidable. Me recordó que vivimos en un planeta que está en constante movimiento y que siempre debemos estar preparados para lo inesperado.
Si alguna vez te encuentras en medio de un terremoto, lo mejor que puedes hacer es:
Espero que nunca más vuelva a vivir un terremoto, pero si ocurre, al menos ahora sé cómo actuar.