Obispo Salvador Rangel




La historia del Obispo Salvador Rangel no es solo la historia de un hombre, sino también la de una época y un país. Nació en 1896 en la ciudad de San Cristóbal, en medio de una Venezuela que vivía tiempos de cambio y convulsión.

Rangel fue un hombre de fe profunda, pero también un hombre de acción. Desde joven, se involucró en la lucha por los derechos de los trabajadores y los pobres. En 1928, fue nombrado obispo de Ciudad Bolívar, donde se convirtió en un defensor de los indígenas y de los campesinos.

El Obispo de los Pobres

Rangel fue conocido como "el Obispo de los Pobres". Siempre estuvo del lado de los oprimidos, denunciando la injusticia y la explotación. Su voz resonó con fuerza en los tiempos difíciles de la dictadura de Juan Vicente Gómez.

Pero Rangel no solo fue un crítico del régimen. También trabajó incansablemente para mejorar las condiciones de vida de la gente. Fundó escuelas, hospitales y cooperativas. Su trabajo fue un faro de esperanza en medio de la oscuridad.

En 1952, Rangel fue nombrado arzobispo de Caracas. En la capital, continuó con su labor en defensa de los derechos humanos y la justicia social. Fue un actor clave en la lucha contra la dictadura de Marcos Pérez Jiménez.

Rangel fue un hombre de paz, pero también un hombre valiente. No temió alzar la voz contra la opresión, incluso cuando eso le costó su libertad. En 1953, fue encarcelado por el gobierno de Pérez Jiménez. Sin embargo, su espíritu no se doblegó.

En 1958, Rangel fue liberado y regresó a su trabajo pastoral. Continuó siendo un defensor incansable de los pobres y los oprimidos hasta su muerte en 1973.

Su Legado

El legado de Salvador Rangel sigue vivo hoy en día. Fue un hombre que luchó por un mundo más justo y solidario. Su ejemplo inspira a todos los que creen en la fuerza del amor y la justicia.

En 1999, Rangel fue proclamado "Venerable" por el Papa Juan Pablo II, el primer paso en el camino hacia la santidad.

La historia de Salvador Rangel es un testimonio de que incluso en los tiempos más oscuros, siempre hay esperanza. Es una historia de fe, valentía y amor que nos inspira a todos a luchar por un mundo mejor.

"La paz es un don de Dios, pero también es un logro humano. Debemos trabajar por ella todos los días". - Salvador Rangel