¡Ojo, viajeros! Ryanair y Vueling, víctimas de la justicia divina




¡Atención, queridas amigas y estimados amigos! En este vuestro rincón de Internet, os traemos la crónica de una injusticia divina que ha caído sobre las aerolíneas Ryanair y Vueling. Resulta que estos dos titanes del bajo coste han sido pillados con las manos en la masa, ¡y ahora les toca pagar el pato!
En un juicio celestial sin precedentes, el mismísimo San Pedro ha dictaminado que ambas compañías son culpables de pecados graves contra los viajeros. ¿Y cuáles son estos pecados, os preguntaréis? ¡Pues no son moco de pavo!
En primer lugar, Ryanair ha sido acusada de avaricia desmedida. ¿Recordáis esas malditas tasas por equipaje de mano? ¡Pues bien, el santo varón ha considerado que es un robo a mano armada! Además, ha condenado la política de asientos separados para familias, calificándola de "crueldad contra los niños".
Por su parte, Vueling ha sido juzgada por su impuntualidad. ¡Cuántas horas de espera en aeropuertos hemos sufrido por culpa de sus constantes retrasos! San Pedro ha tenido en cuenta el sufrimiento de los pasajeros y ha sentenciado que Vueling debe mejorar su puntualidad o, de lo contrario, se enfrentará a un castigo aún más severo.
El castigo divino para ambas aerolíneas no se ha hecho esperar. ¡Sorpresa! Ryanair se ha visto obligada a reducir sus tarifas y ofrecer equipaje de mano gratis. ¡Aleluya! Por otro lado, Vueling ha sido condenada a invertir en nuevos aviones y personal para garantizar una puntualidad digna de un caballero.
Pero esto no es todo, queridos peregrinos. San Pedro ha tenido una clemencia inaudita y ha otorgado a los viajeros afectados por los pecados de estas aerolíneas una indulgencia celestial. ¡Sí, amigos! A partir de ahora, podéis reclamar compensaciones por retrasos y cancelaciones, ¡y hasta por robo de maletas!
Así que ya sabéis, viajeros piadosos, la justicia ha triunfado. Ryanair y Vueling se han visto obligadas a enmendar sus malos caminos y ahora nos toca disfrutar de sus nuevos y santos servicios. Que los vientos favorezcan vuestro viaje y que San Pedro os proteja de los retrasos y los precios abusivos. ¡Amén!