Pablo Bernot: Un modelo de entrega y sacrificio




De pequeña siempre veía a mi madre correr maratones. La admiraba por su fuerza y determinación, y siempre soñé con poder hacer lo mismo. Cuando cumplí 18 años, finalmente me atreví a inscribirme en mi primera carrera de 5 kilómetros.
El día de la carrera, estaba tan nerviosa que apenas podía respirar. Pero una vez que empecé a correr, algo cambió en mí. Me sentí libre y poderosa, como si pudiera conquistar el mundo. Crucé la línea de meta exhausta, pero también eufórica.
Desde entonces, correr se ha convertido en una parte integral de mi vida. Me ha enseñado el valor del trabajo duro, la perseverancia y la determinación. También me ha ayudado a conocer a gente increíble y a hacer amigos para toda la vida.
Pero mi viaje no ha estado exento de obstáculos. He tenido que superar lesiones, contratiempos y dudas. Ha habido momentos en los que he querido rendirme, pero siempre he encontrado la fuerza para seguir adelante.
Una de las cosas que me ha ayudado a mantenerme motivado es el apoyo de mi familia y amigos. Siempre están ahí para animarme, incluso cuando las cosas se ponen difíciles. También me inspiro en las historias de otros corredores que han superado desafíos similares.
Sé que correr es duro, pero también sé que vale la pena. Me ha ayudado a convertirme en una persona más fuerte y saludable, tanto física como mentalmente. Me ha enseñado a creer en mí misma y a nunca rendirme ante mis sueños.
Si estás pensando en empezar a correr, te animo a que lo hagas. Es una de las mejores decisiones que he tomado en mi vida.