El conflicto se originó por un reclamo salarial de los trabajadores del sector, que piden un aumento del 50% en sus sueldos. Las empresas de colectivos ofrecieron un aumento del 35%, pero los trabajadores lo rechazaron, lo que llevó a la medida de fuerza.
Durante el paro, muchos usuarios tuvieron que recurrir a otros medios de transporte, como taxis, trenes o subtes. Esto provocó largas filas y demoras, especialmente en las horas pico. También se vieron afectadas las actividades comerciales y educativas, ya que muchos negocios y escuelas tuvieron que cerrar o suspender sus actividades.
El paro generó diversas reacciones entre la población. Algunos apoyaron el reclamo de los trabajadores, mientras que otros criticaron la medida de fuerza por los inconvenientes que causó. También hubo quienes señalaron la necesidad de encontrar una solución que no afecte a los usuarios.
Finalmente, el miércoles 27 de abril, tras intensas negociaciones, se llegó a un acuerdo entre los trabajadores y las empresas de colectivos. El acuerdo incluye un aumento salarial del 45%, a pagar en dos cuotas, y la creación de una comisión para discutir mejoras en las condiciones de trabajo.
El paro de colectivos en el AMBA puso de manifiesto la importancia de este medio de transporte para la vida cotidiana de millones de personas. También mostró la necesidad de encontrar soluciones a los conflictos laborales que no afecten a los usuarios y permitan mantener el funcionamiento de los servicios esenciales.
En conclusión, el paro de colectivos en el AMBA fue un episodio que impactó a la sociedad y puso en evidencia la necesidad de diálogo y colaboración para resolver los conflictos laborales.