Pepelu




Pepelu era un perro callejero que vivía en las calles de Madrid. Era un perro pequeño y flaco, con el pelo sucio y enmarañado. Siempre estaba hambriento y sucio, y no tenía a nadie que lo quisiera.

Un día, Pepelu estaba buscando comida en un cubo de basura cuando vio a una niña pequeña parada cerca. La niña estaba llorando y parecía perdida. Pepelu se acercó a ella y lamió su mano. La niña dejó de llorar y sonrió a Pepelu.

La niña le dijo a Pepelu que se llamaba María y que se había perdido. Pepelu sabía cómo llegar a casa de María, así que la llevó allí. La madre de María estaba muy agradecida con Pepelu y le dio un poco de comida.

A partir de ese día, Pepelu y María se hicieron amigos. María llevaba a Pepelu a pasear al parque todos los días y le daba de comer. Pepelu dormía en la cama de María y la seguía a todas partes.

Un día, María y su familia se mudaron a otra ciudad. María estaba muy triste por tener que dejar a Pepelu, pero sabía que no podía llevarlo con ella. Pepelu se quedó en las calles de Madrid, pero nunca olvidó a María.

Años más tarde, María volvió a Madrid a visitar a su familia. Fue al parque donde solía pasear a Pepelu, con la esperanza de verlo. Y allí estaba, un perro viejo y canoso, pero seguía siendo el mismo Pepelu.

María y Pepelu se reencontraron y se abrazaron. Era como si el tiempo no hubiera pasado. María llevó a Pepelu a casa con ella y le dio un hogar para siempre.

Pepelu vivió una larga y feliz vida con María. Murió en paz, rodeado de amor y cariño.

La historia de Pepelu es una historia de amistad, amor y lealtad. Es una historia que nos recuerda que incluso las criaturas más pequeñas pueden hacer una gran diferencia en nuestras vidas.