Petorca: Una historia de agua y pobreza
En medio de las áridas colinas de la región de Valparaíso, se esconde un desolador paisaje de pobreza y escasez de agua: Petorca. Esta tierra reseca ha sido testigo de una larga lucha por un recurso que parece ser cada vez más escaso.
Recuerdo la primera vez que visité Petorca hace algunos años. Conducía por una carretera polvorienta, bordeada por colinas quemadas por el sol, cuando llegué a un pequeño pueblo llamado La Ligua. La desolación era palpable: casas en ruinas, calles vacías y un silencio inquietante.
Hablando con los lugareños, supe que la falta de agua había devastado su comunidad. Solían ser agricultores, pero sus campos estaban ahora secos y resecos. Su ganado se estaba muriendo por falta de forraje, y sus familias sufrían enfermedades relacionadas con el agua.
Una anciana, Doña María, me contó cómo solía caminar kilómetros cada día para buscar agua para su familia. Sus manos estaban arrugadas y su cabello era blanco como la nieve, pero sus ojos aún brillaban con determinación. "No nos rendiremos", dijo. "Lucharemos por nuestro derecho al agua".
La lucha de Doña María y sus vecinos ha resonado profundamente en mí. Son víctimas de una injusticia invisible, privadas de un recurso esencial para la vida. Las grandes empresas mineras y agrícolas han drenado los acuíferos de Petorca para sus propias ganancias, dejando a la población local en la indigencia.
Esta historia no es solo sobre Petorca; es una historia que se repite en muchas partes del mundo. El agua, un recurso que alguna vez fue abundante, se está volviendo cada vez más escaso debido a la contaminación, el cambio climático y la explotación irresponsable.
Es hora de que nos despertemos ante esta crisis. Como sociedad, debemos responsabilizar a quienes agotan nuestros recursos hídricos y apoyar a quienes luchan por su derecho a este recurso vital.
Juntos, podemos crear un futuro más justo y sostenible para todos, donde la escasez de agua sea cosa del pasado y donde todos tengan acceso a agua limpia y potable.
"No nos rendiremos", prometió Doña María. "Lucharemos por nuestro derecho al agua". Que sus palabras nos sirvan de inspiración para luchar por un mundo donde el agua sea abundante para todos.