Portugal - Francia




¿Qué tienen en común estos dos países además de ser vecinos europeos? ¡El fútbol! Ambos países han sido campeones de Europa y del mundo, y su rivalidad en el campo es legendaria.

Pero más allá del fútbol, Portugal y Francia comparten una rica historia que se remonta a siglos atrás. Han sido aliados y enemigos, y sus culturas se han entrelazado de innumerables maneras.

La historia de dos vecinos

Los primeros contactos entre Portugal y Francia se remontan a la Edad Media, cuando los peregrinos franceses cruzaban Francia para visitar el santuario de Santiago de Compostela en España. En el siglo XII, los dos países firmaron el Tratado de Zamora, que establecía su frontera común.

En los siglos siguientes, Portugal y Francia fueron a menudo aliados, luchando juntos contra enemigos comunes como España e Inglaterra. Sin embargo, también hubo periodos de rivalidad, especialmente durante el siglo XVIII, cuando los dos países compitieron por el control de Brasil.

El siglo XIX y la era moderna

En el siglo XIX, Portugal y Francia siguieron siendo aliados, pero su relación se vio a menudo tensa por las ambiciones coloniales de Francia. Portugal perdió gradualmente sus colonias en África y Asia, mientras que Francia ampliaba su imperio.

En el siglo XX, los dos países volvieron a ser aliados durante las dos guerras mundiales. Después de la Segunda Guerra Mundial, Portugal se mantuvo neutral durante la Guerra Fría, mientras que Francia se unió a la OTAN.

Portugal y Francia hoy

Hoy en día, Portugal y Francia son socios cercanos dentro de la Unión Europea. Ambos países comparten una democracia consolidada, una economía de mercado y un compromiso con la paz y la cooperación.

Sin embargo, también hay algunas diferencias entre los dos países. Por ejemplo, Portugal es un país católico, mientras que Francia es un país laico. Además, Portugal tiene una población mucho más pequeña que Francia.

¿Qué depara el futuro?

El futuro de la relación entre Portugal y Francia es brillante. Los dos países están comprometidos a seguir trabajando juntos para construir una Europa más fuerte y unida.

Sin embargo, también hay algunos desafíos por delante. Por ejemplo, los dos países tienen que hacer frente al aumento del populismo y el nacionalismo. Además, tienen que encontrar una manera de gestionar la inmigración y la crisis de los refugiados.

A pesar de estos desafíos, Portugal y Francia son dos países que comparten una larga y rica historia. Son socios cercanos y están comprometidos a seguir trabajando juntos para construir un futuro mejor.