Imaginen esto, amigos: un 23 de julio de 1821, San Martín desembarcó en las costas de Paracas, en la actual provincia de Pisco. Venía con sus tropas, un grupo de valientes que habían decidido cruzar los Andes para liberar a Perú del yugo español. Y vaya que lo lograron.
La independencia del Perú no fue un paseo por el parque, pero San Martín, con su liderazgo y estrategia, supo unir a los peruanos y vencer a los realistas. El 28 de julio de 1821, Perú declaró su independencia y San Martín fue nombrado Protector del Perú.
Desde entonces, el 23 de julio es una fecha de gran alegría y orgullo para los peruanos. La gente sale a las calles con banderas y trajes típicos, y se organizan grandes desfiles militares y civiles. En las escuelas y universidades, se realizan actos cívicos y se recuerda la gesta de San Martín.
Un día para reflexionarPor eso, amigos peruanos, el 23 de julio no es solo un día de fiesta. Es un día para sentir orgullo por su historia, valorar su independencia y recordar el legado de un hombre que cambió el destino de Perú.
¡Que viva el Perú! ¡Que viva San Martín!