En el corazón de la Sierra Norte de Puebla, en un pueblo llamado Quiñones, se esconde un misterio que ha cautivado la imaginación de los lugareños durante siglos. Se dice que en las noches de luna llena, un ser sobrenatural aparece en medio del bosque, dejando tras de sí un rastro de preguntas y escalofríos.
Los habitantes del pueblo hablan del "Nahual", una criatura que puede transformarse en animal a voluntad. Algunos dicen que es un jaguar, otros un lobo o incluso un hombre lobo. Pero todos coinciden en que es peligroso y debe evitarse a toda costa.
Hace muchos años, una joven llamada María se perdió en el bosque mientras buscaba leña. Al caer la noche, escuchó extraños ruidos y vio una silueta entre los árboles. Aterrada, corrió hasta que encontró un refugio en una cueva. Sin embargo, cuando salió por la mañana, descubrió que su casa había sido destruida y su familia había desaparecido.
Desde ese día, la leyenda del Nahual se extendió por toda la región. La gente comenzó a cerrar sus puertas con llave por la noche y a evitar el bosque después del atardecer. Incluso los más valientes cazadores se negaban a aventurarse en sus profundidades.
Con el paso del tiempo, algunos comenzaron a cuestionar la veracidad de la leyenda. ¿Era el Nahual real o simplemente una invención para asustar a los niños? Los escépticos afirmaron que los avistamientos eran simplemente animales salvajes que habían sido mal interpretados bajo la luz de la luna.
Sin embargo, otros se mantuvieron firmes en sus creencias. Creían que el Nahual era un verdadero ser sobrenatural, un guardián del bosque que protegía a la tierra y a sus habitantes. Según ellos, sólo aquellos con intenciones puras podían verlo sin peligro.
Hasta el día de hoy, el misterio del Nahual sigue vivo en Quiñones. Algunos afirman haberlo visto con sus propios ojos, mientras que otros creen que es sólo una leyenda para mantener alejados a los extraños. Pero una cosa es segura: la historia del Nahual ha dejado una huella indeleble en la cultura y la historia del pueblo.
En las noches de luna llena, cuando el viento susurra entre los árboles, los habitantes de Quiñones aún escuchan el aullido del Nahual. Es un sonido que les recuerda que el misterio que rodea a su pueblo sigue vivo, un enigma que continuará fascinando e intrigando las generaciones venideras.