En el fútbol, como en la vida, hay historias de todo tipo. Algunas son de éxito, otras de fracaso, y otras simplemente curiosas. La historia que voy a contarles hoy es de este último tipo.
Todo comenzó en la temporada 1995/96, cuando el Racing Ferrol y el Albacete Balompié se enfrentaron en la Segunda División española. El partido se disputó en el estadio A Malata, en Ferrol, y acabó con victoria local por 2-0.
Hasta aquí, todo normal. Lo curioso viene después. Resulta que el Albacete, que estaba luchando por el ascenso a Primera División, había fichado para esa temporada a un joven delantero llamado José Ángel Ziganda. Ziganda era un jugador prometedor, que había marcado muchos goles en el Athletic de Bilbao, pero que no estaba teniendo suerte en el conjunto manchego.
En el partido contra el Racing Ferrol, Ziganda tuvo una ocasión clarísima para marcar. Se plantó solo ante el portero, pero su disparo se fue desviado. El público de A Malata, que no conocía al jugador, se quedó atónito. ¿Cómo era posible que un delantero de Primera División fallara una ocasión tan clara?
Pero lo mejor estaba por llegar. En la segunda parte, Ziganda volvió a tener otra oportunidad de marcar. Esta vez, disparó desde fuera del área y el balón se coló por la escuadra. El público de A Malata estalló en júbilo. ¡Había marcado el gol de la victoria!
Ziganda se convirtió en un ídolo para la afición del Racing Ferrol. Jugó dos temporadas más en el conjunto gallego, marcando muchos goles y ayudando al equipo a ascender a Primera División.
Pero la historia no acaba ahí. En la temporada 1998/99, Ziganda fichó por el Athletic de Bilbao. Y, ¿adivinen quién era el entrenador del equipo vasco? Pues sí, el mismo que había estado al frente del Racing Ferrol cuando Ziganda marcó aquel gol inolvidable: Fernando Vázquez.
Vázquez y Ziganda volvieron a trabajar juntos, y el Athletic de Bilbao consiguió el título de Liga esa misma temporada. Ziganda fue uno de los jugadores más destacados del equipo, marcando goles importantes y dando muchas asistencias.
La historia de Racing Ferrol, Albacete y Ziganda es una historia de éxito, fracaso y redención. Es una historia que demuestra que en el fútbol, como en la vida, todo es posible.