Rito Irañeta: Un Ídolo Inolvidable




En el panteón de leyendas del rugby argentino, el nombre de Luis "Rito" Irañeta brilla con intensidad. Fue un titán del deporte, un hombre cuya pasión y determinación inspiraron a generaciones de jugadores.

La historia de Rito está entretejida con los latidos del rugby de Mendoza. Nacido en 1948, desarrolló un amor por el juego desde temprana edad. Su talento natural y su incansable dedicación lo llevaron rápidamente a las filas de los mejores jugadores de la región. En 1974, logró un hito histórico al convertirse en el primer mendocino convocado a la selección nacional, Los Pumas.

El debut de Rito con la camiseta celeste y blanca fue un momento de orgullo tanto para él como para su provincia. Representó a Argentina en varios partidos internacionales, demostrando su habilidad como un poderoso delantero y su capacidad excepcional para liderar el equipo. Su coraje indomable y su espíritu de lucha se convirtieron en un sello distintivo de su juego.

Además de sus logros en el campo, Rito también fue un empresario exitoso. Después de retirarse del rugby, fundó una próspera empresa textil que lo llevó a Chile, donde encontró el amor de su vida, Andrea Raganato. Juntos, compartieron una vida plena, llena de alegría y pasión.

El destino, sin embargo, tenía un cruel giro reservado para Rito y Andrea. El 23 de julio de 2022, mientras viajaban por una carretera en Chile, su vehículo fue embestido por otro con un conductor ebrio. El impacto fue devastador, cobrándose la vida de Rito, Andrea y su hermana. La tragedia conmocionó al mundo del rugby y a la sociedad argentina en general.

La muerte de Rito Irañeta dejó un profundo vacío en el corazón del rugby argentino. Fue un ídolo, un amigo y un líder cuya influencia continuará inspirando a las generaciones venideras. Su legado vivirá para siempre en los campos de juego donde una vez dio todo por su deporte y en los recuerdos de aquellos que tuvieron el privilegio de conocerlo.

Rito, tu espíritu indomable y tu amor por el rugby permanecerán con nosotros para siempre. Gracias por los recuerdos, las lecciones y la inspiración. ¡Que tu alma descanse en paz, querido ídolo!