El origen de la rivalidad se remonta a la década de 1960, cuando Lanús ascendió a la Primera División y se enfrentó a River por primera vez. Aquel histórico partido, donde Lanús venció por 2 a 0, marcó el inicio de una competencia que con los años se fue intensificando.
Sin embargo, fue en la década de 1990 cuando la rivalidad alcanzó su punto álgido. Ambos equipos disputaban los primeros puestos del campeonato y sus enfrentamientos se convertían en duelos épicos. El "Clásico del Sur", como se le conoció, se caracterizó por la intensidad, la pasión y la entrega de ambos conjuntos.
La rivalidad entre River Plate y Lanús va más allá del fútbol. Es una expresión de identidad, de orgullo y de pasión. Cada partido es una batalla campal, donde los hinchas de ambos equipos se enfrentan con la misma intensidad que sus jugadores sobre el terreno de juego.
En la actualidad, la rivalidad sigue viva y sigue protagonizando momentos inolvidables. Cada encuentro es una oportunidad para demostrar quién tiene la hinchada más apasionada, quién tiene el amor más profundo por su camiseta. Es un clásico que se vive con el corazón, con el alma y con un orgullo que se transmite de generación en generación.
Frente a las pantallas o en las gradas, los hinchas de River Plate y Lanús seguirán vibrando con cada clásico, demostrando que esta rivalidad es mucho más que un juego, es una verdadera pasión que une y divide a la vez. Es el "Clásico de la Pasión", un espectáculo que seguirá cautivando a los amantes del fútbol durante muchos años más.