Romero, el hijo pródigo




Romero, hijo de inmigrantes españoles, nació en Argentina en 1932. Su infancia transcurrió en un barrio humilde de Buenos Aires, donde pronto destacó por su habilidad con el balón.

A los 17 años, Romero fichó por el Boca Juniors, uno de los clubes más importantes del país. Allí, su talento no tardó en hacerse notar, y pronto se convirtió en uno de los mejores jugadores del equipo. Con el Boca, Romero ganó varios títulos, entre ellos la Copa Libertadores en 1959.

En 1962, Romero fue convocado para la Copa del Mundo de Chile con la selección argentina. Aunque su equipo no logró pasar de la fase de grupos, Romero dejó una huella imborrable en el torneo. Sus paradas milagrosas y su personalidad arrolladora le convirtieron en uno de los jugadores más queridos por la afición.

Tras el Mundial, Romero fichó por el FC Barcelona. En el club azulgrana, Romero vivió los mejores años de su carrera. Ganó dos Ligas, una Copa del Rey y dos Copas de Europa. Además, fue elegido mejor portero del mundo en 1966.

En 1970, Romero regresó a Argentina para jugar en el Argentinos Juniors. Allí, ganó otro título de Liga, antes de retirarse en 1976.

Después de su retirada, Romero trabajó como entrenador en varios equipos argentinos y españoles. También fue comentarista deportivo en televisión y radio.

Romero falleció en Madrid en 2012, a los 80 años. Su legado como uno de los mejores porteros de la historia del fútbol sigue vigente.

Como dato curioso, Romero era conocido como "El Loco" por sus excentricidades dentro y fuera del campo. Dicen que una vez, tras encajar un gol, se despidió del árbitro con un fuerte abrazo y un beso.

Romero fue un jugador único, un genio del fútbol que dejó huella allá por donde pasó. Su recuerdo sigue vivo en el corazón de los aficionados al fútbol, que lo consideran uno de los mejores porteros de todos los tiempos.