En lo alto de la montaña, donde el aire es fresco y las vistas son impresionantes, se yergue un pintoresco pueblo llamado "La Cumbre". Entre sus estrechas calles empedradas y sus casas de piedra caliza, vivía un humilde pastor llamado Sabiniano Gómez Serrano.
Sabiniano era un hombre de pocas palabras, pero sus acciones hablaban por sí solas. Cada mañana, conducía su rebaño de ovejas a los pastos, donde pasaba largas horas bajo el sol abrasador, vigilando con cuidado a sus animales.
Un día, mientras Sabiniano estaba sentado en una roca, contemplando el valle que se extendía ante él, notó algo extraño. Las ovejas estaban inquietas, agitando sus colas y balando con inquietud. Preocupado, Sabiniano se levantó y se acercó al borde del risco.
Para su asombro, vio una gran manada de lobos descendiendo por la ladera de la montaña. Los ojos amarillos de los depredadores brillaban con malévola intención. Sabiniano sabía que tenía que proteger a sus ovejas a toda costa.
Sin dudarlo, agarró su cayado y se interpuso entre las ovejas y los lobos. Los animales salvajes gruñeron y mostraron los dientes, pero Sabiniano se mantuvo firme, su cuerpo pequeño pero su espíritu inquebrantable.
Durante horas, Sabiniano luchó valientemente contra los lobos, ahuyentándolos con su cayado y gritándoles con toda la fuerza de sus pulmones. Las ovejas, seguras bajo su protección, balaron en señal de gratitud.
Al caer la noche, los lobos finalmente se retiraron, frustrados por la determinación de Sabiniano. Exhausto pero triunfante, Sabiniano condujo a sus ovejas de vuelta al pueblo, donde fue recibido como un héroe.
La historia de Sabiniano Gómez Serrano, el pastor que defendió a sus ovejas contra una manada de lobos, se transmitió de generación en generación en "La Cumbre". Sirvió como un recordatorio de que incluso los más pequeños y humildes pueden lograr cosas extraordinarias con coraje y determinación.
Y así, en lo alto de la montaña, donde el aire es fresco y las vistas son impresionantes, la leyenda de Sabiniano sigue viva, inspirando a los lugareños a abrazar el espíritu de lucha que los define.