Santiago Uribe, hijo del narcotraficante Fabio Ochoa Vásquez, ha decidido dejar atrás el pasado turbio de su familia y emprender un nuevo camino en la música.
A sus 39 años, Santiago ha lanzado su primer disco, "Memorias de un hijo", en el que narra en clave de rap su infancia marcada por el narcotráfico y la violencia.
El álbum, que ha tenido una gran acogida en Colombia, es un reflejo del deseo de Santiago de romper con el estigma que pesa sobre su apellido.
"Quiero que la gente me conozca por mi música, no por quién es mi padre", afirma Santiago, quien asegura que su padre fue "un hombre bueno" que "se equivocó".
El joven artista reconoce que su pasado le persigue, pero que se niega a dejar que lo defina.
"No puedo cambiar lo que pasó, pero sí puedo elegir cómo enfrentarlo", explica.
Santiago ha encontrado en la música un refugio donde expresar sus sentimientos y compartir su historia.
"La música me ha salvado la vida", asegura.
Con su música, Santiago espera inspirar a otros que también buscan redimirse del pasado.
"Quiero demostrar que todos tenemos una segunda oportunidad", concluye.
Nota: Este artículo es una obra de ficción y no está basado en hechos reales.