Santillana, un tesoro escondido en la costa cantábrica




En un enclave privilegiado, enclavada entre verdes praderas y el azul del mar Cantábrico, se encuentra Santillana del Mar, un pueblo medieval de belleza sin igual que ha sabido conservar intactas sus riquezas históricas y culturales.

Pasear por sus calles empedradas es un viaje en el tiempo, transportándonos a la época en que los peregrinos recorrían el Camino de Santiago. El conjunto histórico-artístico de Santillana, declarado Monumento Nacional, es un espectáculo digno de admirar.

Entre sus joyas arquitectónicas destaca, sin duda, la Colegiata de Santa Juliana, una impresionante construcción románica del siglo XII. Su claustro, con sus arcos lobulados y sus capiteles historiados, es una obra maestra de la escultura románica. Otro edificio emblemático es la Torre del Merino, un torreón defensivo del siglo XIV que hoy alberga el Museo Diocesano.

Pero Santillana no es solo un destino histórico. Su entorno natural es igualmente fascinante. La Cueva de Altamira, situada a pocos kilómetros del pueblo, es un santuario del arte rupestre paleolítico. Sus pinturas, declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, nos transportan a un mundo prehistórico lleno de misterio y simbolismo.

Además, Santillana ofrece una deliciosa gastronomía, basada en los productos del mar y de la tierra. El cocido montañés, el besugo a la parrilla o los sobaos pasiegos son algunos de los manjares que podremos degustar en sus acogedores restaurantes.

Santillana del Mar es un destino turístico único, que combina historia, arte, naturaleza y gastronomía. Un tesoro escondido en la costa cantábrica que no dejará de sorprendernos.

  • Consejos para visitar Santillana:
  • Reserva con antelación tu visita a la Cueva de Altamira, ya que el aforo está limitado.
  • Aprovecha para conocer los pueblos vecinos, como Comillas, con su impresionante arquitectura modernista.
  • Prueba la gastronomía local en alguno de los restaurantes tradicionales de Santillana.
  • Disfruta de un paseo por los alrededores del pueblo, siguiendo las rutas de senderismo que discurren por la costa.