¡Se suspenden las clases!




Mis queridos y agotados estudiantes, tengo el placer de anunciar que las clases quedan suspendidas. Sí, habéis oído bien. Adiós a los madrugones, a los exámenes y a las interminables horas de estudio. ¡Es hora de unas merecidas vacaciones!

Sé que algunos de vosotros estaréis saltando de alegría en este momento, mientras que otros os estaréis preguntando si esto es real. Pues bien, queridos míos, es tan real como la nariz en mi cara. Las clases están oficialmente suspendidas hasta nuevo aviso.

Ahora, antes de que empecéis a hacer planes para vuestras tan esperadas vacaciones, permítanme ofreceros algunos consejos amistosos. En primer lugar, no os paséis con las celebraciones. Recordad que las vacaciones son para descansar y recargar las pilas, no para acabar en el hospital.

En segundo lugar, aprovechad este tiempo para hacer cosas que os gusten. Leed libros, ved películas o simplemente dormid hasta tarde. Lo que sea que os haga felices, hacedlo. Es vuestro tiempo para relajaros y disfrutar.

Y, por último, no olvidéis agradeceros a vosotros mismos el duro trabajo que habéis realizado durante este semestre. No ha sido fácil, pero lo habéis conseguido. Ahora es el momento de tomaros un descanso y disfrutar del fruto de vuestro esfuerzo.

Así que ahí lo tenéis, mis queridos alumnos. Clases suspendidas. ¡Disfrutad de las vacaciones! ¡Nos vemos en el próximo semestre, cuando volveremos más fuertes y mejor que nunca!

Nota del profesor: ¡No os olvidéis de hacer los deberes de vacaciones! ¡Sólo son unas pocas páginas de lectura...!