¡Bienvenidos, queridos amantes de las tradiciones! Hoy, en este Lunes Santo, os invito a sumergirnos en el corazón de la Semana Santa de Zaragoza, un espectáculo que aúna siglos de historia, arte y devoción.
Cuando cae la tarde, las calles de Zaragoza se transforman en un escenario mágico. Miles de cofrades, ataviados con sus túnicas y capirotes, recorren la ciudad en una procesión que es un espectáculo para los sentidos. El sonido de los tambores y las trompetas se mezcla con el fervor de los fieles, que acompañan a las imágenes religiosas con oraciones y cánticos.
Una de las escenas más impresionantes es el paso de la Cofradía de las Siete Palabras. En ella, siete imágenes de Cristo representan las palabras que pronunció en la cruz. El silencio y la emoción se apoderan del ambiente, creando un momento único.
El Lunes Santo culmina con el Santo Entierro, una procesión que escenifica el entierro de Cristo. La imagen yacente del Señor es portada por una multitud de cofrades, que lloran su muerte y ruegan por su resurrección.
El cortejo fúnebre está acompañado por los sonidos del Miserere y el Stabat Mater, que crean una atmósfera de recogimiento y dolor. Al llegar a la Catedral, la imagen es depositada en un sepulcro, donde permanecerá hasta el Domingo de Resurrección.
Hace algunos años, tuve la suerte de presenciar el Lunes Santo en Zaragoza. Fue una experiencia que me marcó profundamente.
Caminé entre la multitud, sintiendo la emoción y la devoción de los fieles. Me conmovió la belleza de las imágenes y el fervor de las cofradías. Fue un momento de reflexión y conexión espiritual que nunca olvidaré.
Queridos lectores, si tenéis la oportunidad de vivir la Semana Santa de Zaragoza, no la dejéis escapar. Es una experiencia única que os dejará un recuerdo imborrable.
¡Os deseo un Lunes Santo lleno de pasión y fervor!