Sí, has leído bien. No es una broma. Resulta que en el tranquilo municipio madrileño de Collado Villalba había escondidos nada más y nada menos que 100.000 desaparecidos.
La historia es tan rocambolesca que cuesta creerla. Todo empezó cuando un grupo de vecinos comenzó a notar algo extraño en su entorno. Las calles estaban más vacías de lo habitual, los comercios parecían abandonados y los parques infantiles estaban desiertos.
Preocupados, decidieron investigar por su cuenta. Y ahí fue cuando se llevaron la primera sorpresa.
Las autoridades locales, al principio, se mostraron incrédulas. Pero cuando vieron las pruebas que aportaban los vecinos, no tuvieron más remedio que admitir que algo grave estaba pasando.
Se puso en marcha una investigación policial a gran escala. Se rastreó cada rincón del municipio, se interrogó a todos los vecinos y se revisaron todas las cámaras de seguridad.
Pero no había ni rastro de los desaparecidos. Era como si se los hubiera tragado la tierra.
La desesperación comenzó a apoderarse de los vecinos. Se organizaron manifestaciones, se crearon grupos de apoyo y se ofrecieron recompensas por cualquier información que pudiera llevar a dar con el paradero de sus seres queridos.
Y entonces, ocurrió algo inesperado.
Uno de los desaparecidos fue encontrado con vida. Había estado escondido en un bosque cercano, desorientado y sin memoria de lo que había pasado.
Su testimonio fue escalofriante. Dijo que había sido secuestrado por un grupo de hombres armados y que lo habían llevado a un lugar desconocido.
La policía siguió la pista y descubrió una red de tráfico de personas a gran escala. Los desaparecidos habían sido secuestrados y vendidos a diferentes países.
Gracias a la colaboración de las autoridades internacionales, se pudo rescatar a los demás desaparecidos y detener a los responsables.
Los vecinos de Collado Villalba respiraron aliviados. La pesadilla había terminado. Pero nunca olvidarán lo que pasaron.
Y así, el tranquilo municipio madrileño se convirtió en el escenario de una historia real que demuestra que, a veces, la realidad supera la ficción.