Hola a todos, soy Maria, y hoy les contaré cómo fue mi viaje por el subte esta mañana.
Salí de mi casa temprano, ya que tenía que tomar el tren para ir al trabajo. Llegué a la estación y bajé las escaleras hacia el andén. El tren estaba justo llegando, así que me subí y busqué un asiento.
El tren estaba lleno de gente, pero por suerte encontré un asiento vacío junto a una ventana. Me senté y miré hacia afuera mientras el tren se alejaba de la estación.
Mientras el tren avanzaba, pude ver los edificios y las calles de la ciudad. Era una hermosa mañana, y el sol brillaba intensamente. Me sentí agradecida de estar viva y de poder disfrutar del día.
El tren se detuvo en la siguiente estación y subió más gente. El vagón estaba aún más abarrotado, pero no me importó. Me gusta la sensación de estar rodeada de gente. Me hace sentir parte de algo más grande que yo misma.
El tren continuó su viaje, y yo seguí mirando hacia afuera por la ventana. Pasamos por parques, escuelas y negocios. Vi a la gente ir y venir, cada uno con su propia historia.
Finalmente, el tren llegó a mi destino. Me bajé y me dirigí a mi trabajo. Mientras caminaba, pensé en todo lo que había visto durante mi viaje en subte. Había visto a gente de todas las edades, razas y religiones. Había visto a gente rica y pobre, feliz y triste. Y había visto cómo la gente de esta ciudad se las arreglaba para convivir, a pesar de sus diferencias.
Me sentí orgullosa de ser parte de esta ciudad. Me sentí agradecida por la oportunidad de vivir aquí. Y me sentí esperanzada por el futuro.
¡Gracias por leer mi historia! Espero que hayan disfrutado de mi viaje en subte tanto como yo.