Si tuviera que definir al Club Atlético Temperley en una sola palabra, diría: pasión. Es un club de barrio, humilde, con una historia llena de altibajos, pero que siempre ha sabido sobreponerse a las adversidades. Un club que, a pesar de no tener grandes figuras ni títulos importantes, siempre ha sabido ganarse el respeto y el cariño de su gente.
Recuerdo que cuando era chico, mi papá me llevaba a la cancha todos los sábados. Era un ritual que nunca me perdía. Me encantaba ver a Temperley jugar, aunque en esa época no estábamos en la primera división. Pero no importaba, porque el sentimiento era el mismo. Ver a los jugadores dejar todo en la cancha, defender la camiseta con orgullo, era algo que me emocionaba.
Y así, con el paso de los años, Temperley se convirtió en más que un club para mí. Se convirtió en mi segunda casa, en el lugar donde compartía con mis amigos, donde festejaba las victorias y donde lloraba las derrotas. Se convirtió en parte de mi identidad, de lo que soy.
En 2014, vivimos uno de los momentos más emocionantes de la historia del club. Temperley ascendió a la primera división por primera vez en su historia. Fue un momento inolvidable, un sueño hecho realidad. La cancha estaba repleta, la gente lloraba de alegría y los jugadores no podían creer lo que estaban viviendo.
Desde entonces, Temperley ha logrado mantenerse en la primera división, algo que parecía imposible hace unos años. El club ha crecido, ha mejorado sus instalaciones y ha formado un equipo competitivo. Y lo más importante, ha mantenido su esencia, su espíritu de barrio, su pasión.
Temperley es un club diferente. Es un club que representa los valores del fútbol de antes, del fútbol de barrio. Es un club donde la gente va a la cancha a disfrutar, a alentar, a sentirse parte de algo grande. Es un club que, a pesar de los malos momentos, siempre ha sabido levantarse y seguir adelante.
Por eso, hoy quiero rendirle homenaje al Club Atlético Temperley. A sus jugadores, a su cuerpo técnico, a sus dirigentes y, sobre todo, a su gente. Gracias por tantos años de pasión, de entrega y de fútbol. Gracias por hacernos sentir orgullosos de ser de Temperley.
Y como dice el cántico que todos los hinchas cantamos en la cancha:
"Temperley, Temperley, mi pasión,
Mi corazón late por vos,
No importa si ganamos o perdemos,
Siempre te voy a alentar."