Los informes iniciales apuntan a un número alarmante de víctimas: al menos 126 personas han perdido la vida y otras 188 han resultado heridas. La cifra de víctimas podría aumentar a medida que los equipos de rescate continúan su búsqueda entre los escombros.
El terremoto ha provocado una devastación generalizada. Se han derrumbado edificios, casas y templos, y la infraestructura esencial, como carreteras y puentes, ha quedado gravemente dañada. Los esfuerzos de socorro se han visto obstaculizizados por las condiciones climáticas adversas y las carreteras bloqueadas.
"Fue como si el mundo se partiera en dos", dijo un testigo a los medios de comunicación locales. "Los edificios se derrumbaban a mi alrededor, y había gente gritando y pidiendo ayuda".
El gobierno chino ha desplegado equipos de rescate y ayuda humanitaria en la zona afectada. Los hospitales están desbordados de heridos, y los equipos de emergencia están trabajando sin descanso para salvar vidas.
La comunidad internacional ha expresado sus condolencias a China y ha ofrecido asistencia en los esfuerzos de socorro. La Cruz Roja Internacional y Media Luna Roja, así como varios países, han enviado equipos y suministros a la zona.
Esta tragedia recuerda la vulnerabilidad de las comunidades ante los desastres naturales. Es esencial que trabajemos juntos para fortalecer la preparación y la capacidad de respuesta ante terremotos, para minimizar el impacto de estos eventos devastadores en el futuro.