Tormenta supercelda




¡¿Una tormenta normal?! ¡Qué va! Hablamos de una supercélula, un mastodonte atmosférico que trae consigo rayos, granizo e incluso tornados.

Imagina un gigante nuboso que se eleva hasta los cielos como un rascacielos invertido. Sus entrañas se arremolinan con una furia inimaginable, creando una corriente ascendente que actúa como una aspiradora celestial. Esta bestia climática es la supercélula, ¡y es hora de conocerla de cerca!


Un torbellino de energía

Las supercélulas no son tormentas cualquiera. Son como los Ferrari de la meteorología, máquinas bien engrasadas que aprovechan la energía del viento para crear un espectáculo impresionante. El aire cálido y húmedo se eleva por la corriente ascendente, mientras que el aire frío y seco desciende por la corriente descendente. Este baile vertical crea una zona de cizalladura del viento que hace girar la tormenta como un tiovivo loco.


Una fábrica de rayos

Las supercélulas son verdaderas fábricas de rayos. Las cargas eléctricas se separan dentro de la nube, con las cargas positivas en la parte superior y las negativas en la parte inferior. Este desequilibrio provoca una descarga espectacular de energía, iluminando el cielo con una luz cegadora. ¡Cada rayo es un espectáculo de la naturaleza, un recordatorio del inmenso poder de la madre naturaleza!


Granizo del tamaño de pelotas de golf

Pero no son solo los rayos los que son impresionantes. Las supercélulas también pueden producir granizo del tamaño de pelotas de golf, ¡o incluso más grandes! El fuerte ascenso y descenso del aire dentro de la tormenta provoca que las gotas de agua crezcan y se congelen, convirtiéndose en peligrosas bolas de hielo. ¡Imagina que te llueven pelotas de golf desde el cielo! ¡Es mejor que busques refugio antes de que te caiga una encima!


Cazadores de tornados

Las supercélulas también son conocidas por ser el lugar de nacimiento de los tornados, esos remolinos destructivos que pueden arrasar pueblos enteros en segundos. Los intrépidos cazadores de tormentas se aventuran en el interior de estas bestias atmosféricas para estudiarlas y predecir su comportamiento. ¡Es como un baile con el diablo, donde el conocimiento científico se enfrenta a la furia implacable de la naturaleza!

Así que, la próxima vez que veas una enorme nube oscura en el horizonte, no la des por sentada. Puede que no sea una tormenta cualquiera, sino una supercélula, ¡un espectáculo de la naturaleza que te dejará boquiabierto!