TORTA FRITA




Si pudiera volver en el tiempo, volvería a mi infancia en el campo de Uruguay para disfrutar una vez más del aroma inconfundible de las tortas fritas recién hechas. Mi abuela, una experta cocinera de campo, preparaba estas delicias culinarias con un amor y una destreza que solo una abuela puede poseer.

Recuerdo vívidamente el ritual semanal de hacer tortas fritas. Mi abuela se levantaba temprano, amasaba la masa con cariño, la dejaba reposar y luego la estiraba hábilmente hasta obtener una masa delgada y casi transparente. Cortaba círculos de masa con un vaso y los freía en un gran caldero de hierro sobre el fuego de leña. El aire se llenaba del chisporroteo del aceite y el dulce aroma de la masa cocinándose.

Mientras las tortas se doraban, mi abuela las espolvoreaba con azúcar y canela, creando una combinación irresistible de sabores y texturas. Suave y crujiente por fuera, esponjosa y ligeramente dulce por dentro. Eran el complemento perfecto para el mate amargo que nos servíamos en la cocina, compartiendo historias y risas.

Las tortas fritas no solo eran un delicioso manjar, sino también un símbolo de unión familiar. Mi abuela invitaba a los vecinos y amigos a compartir estas delicias, creando un ambiente de comunidad y camaradería. La cocina se convertía en un lugar de encuentro, donde las personas se conectaban y compartían momentos especiales.

A medida que fui creciendo, aprendí a hacer tortas fritas con mi abuela. Fue un proceso de aprendizaje lleno de amor, paciencia y recuerdos inolvidables. Aunque ahora vivo lejos del campo, sigo preparando tortas fritas en ocasiones especiales, evocando la nostalgia de mi infancia y el calor del hogar de mi abuela.

Las tortas fritas son más que una simple comida; son un vínculo con mi pasado, un recordatorio del amor incondicional de mi abuela y un símbolo de la alegría y la unión familiar. Cada vez que las preparo, siento que una parte de mi infancia vuelve a mí, trayendo consigo el aroma del campo, el calor del hogar y el amor de mi abuela.

  • Consejo: Para obtener tortas fritas perfectas, la masa debe estar bien amasada y estirada finamente. El aceite debe estar caliente pero no humeante.
  • Variación: Las tortas fritas también se pueden rellenar con membrillo o dulce de leche para un toque extra de dulzura.

Así que anímate a preparar estas deliciosas tortas fritas y comparte el amor y la tradición con tus seres queridos. ¡Buen provecho!