Burgos CF, un club centenario que late en el corazón de la ciudad castellana, es un sentimiento blanquinegro que une a generaciones y trasciende fronteras.
Como burgalés desde la cuna, he vivido de cerca la pasión y el sufrimiento que envuelven al Burgos CF. Es un sentimiento que se hereda, que se lleva en la sangre y que se transmite de padres a hijos.
Recuerdo con nostalgia las tardes en El Plantío, rodeado de mi familia y amigos, animando al equipo con el corazón en un puño. Los cánticos, los abrazos y los gritos de gol quedaban grabados en mi memoria para siempre.
Cada victoria era un triunfo colectivo, una celebración que llenaba las calles de alegría. Cada derrota, una tristeza profunda, un dolor compartido que nos unía aún más.
El Burgos CF no es solo un equipo de fútbol. Es un símbolo de identidad, un motivo de orgullo y una fuente inagotable de historias y anécdotas.
Recuerdo especialmente la noche mágica en la que ascendimos a Segunda División en 2019. El Plantío estalló en júbilo, en emociones desbordadas. Fue un momento inolvidable, un sueño hecho realidad.
Pero el Burgos CF también ha pasado por momentos difíciles, por descensos y decepciones. Sin embargo, la afición nunca ha abandonado al equipo, demostrando una lealtad inquebrantable.
这些都是Burgos CF历史上的时刻,将永远铭刻在我们心中。它们不仅是足球的胜利,也是团结、坚持和不放弃希望的象征。
El Burgos CF es más que un club. Es una parte de nuestra vida, un sentimiento que nos conecta y nos hace sentir orgullosos de ser burgaleses.
Porque el Burgos CF es Burgos, y Burgos es blanquinegro.
¡Vamos Burgos, hasta la muerte!