Sergio Urribarri, exgobernador de Entre Ríos y otrora figura ascendente de la política argentina, ha vuelto a ser noticia en los últimos tiempos. Su detención en Uruguay, tras una persecución durante varios años, ha reavivado el interés por su controvertida carrera.
Urribarri nació en una humilde familia de agricultores en General Campos, una pequeña ciudad del interior de Entre Ríos. Su ascendente fue meteórico. Desde la militancia universitaria, rápidamente se convirtió en un líder clave del peronismo provincial y, finalmente, en gobernador de la provincia en 2007.
Durante su mandato, Urribarri implementó una serie de políticas populistas, como la creación de nuevos hospitales y escuelas. Sin embargo, su gobierno también estuvo marcado por denuncias de corrupción y nepotismo.
En 2015, Urribarri fue imputado por enriquecimiento ilícito. Huyó a Uruguay un año después, antes de que pudiera ser arrestado. Permaneció allí en el exilio durante varios años, mientras enfrentaba pedidos de extradición de Argentina.
Finalmente, el 4 de diciembre de 2022, Urribarri fue detenido en Uruguay. Fue extraditado a Argentina, donde ahora está encarcelado a la espera de juicio. Su arresto ha generado reacciones encontradas en la sociedad argentina.
Sea cual sea la razón de su detención, el nombre de Urribarri continúa resonando en la política argentina. Su historia es una advertencia sobre los peligros de la corrupción y el abuso de poder. También es un recordatorio de que nadie está por encima de la ley, sin importar cuán poderoso o influyente sea.
Mientras el juicio de Urribarri avanza, queda por ver si podrá limpiar su nombre o si será condenado por sus presuntos delitos. Su destino tendrá un impacto significativo en el panorama político argentino en los próximos años.