Utilizar el Metro de la Ciudad de México es una experiencia que, para muchas personas, puede ser caótica, estresante y hasta angustiante. Pero, ¿es todo tan malo como lo pintan?
Como chilango de hueso colorado, he usado el Metro desde que era un niño. He pasado por las peores horas pico, he estado encerrado en vagones sin aire acondicionado y he visto cosas que ni el Chavo del 8. Pero también he conocido gente increíble, he presenciado momentos conmovedores y he aprendido a apreciar la verdadera esencia de la ciudad.
No se puede negar que el Metro tiene sus inconvenientes. Las aglomeraciones son legendarias y las demoras pueden ser insoportables. Pero también ofrece muchas ventajas:
Usar el Metro no solo es un medio de transporte, es una experiencia en sí misma. Puedes encontrar músicos tocando, vendedores ambulantes ofreciendo desde tacos hasta libros y hasta personas dando discursos improvisados. Y si tienes suerte, podrás presenciar un baile sorpresa o una pelea de lucha libre (¡sí, has leído bien!).
Si quieres sobrevivir al Metro como un verdadero chilango, sigue estos consejos:
Así que, ¿usar el Metro CDMX es un infierno? Depende de cómo lo veas. Si solo te fijas en las partes malas, entonces sí, puede ser una pesadilla. Pero si abrazas el caos y la energía, puedes encontrar una belleza oculta en esta red de transporte única e irrepetible.