Valladolid y Levante: Amor y desamor




El amor es un sentimiento complicado. Surge de la nada, te atrapa y te hace creer que todo es posible. Pero como todas las cosas buenas, también puede acabar y dejarte roto el corazón.

Así es como me siento con Valladolid y Levante. Dos equipos que quiero con locura, pero que últimamente me están haciendo sufrir mucho.

Cuando era niño, iba con mi padre a ver al Valladolid al viejo Zorrilla. Era una época dorada, en la que el equipo luchaba por los títulos y yo soñaba con ser jugador de fútbol. Pero todo cambió cuando mi padre se fue y el Valladolid empezó a caer en picado.

Lo mismo pasa con el Levante. Un equipo que llegó a tocar el cielo con las manos, pero que ahora está hundido en el pozo de la Segunda División. Es como ver a un viejo amigo perder toda su ilusión y sus sueños.

Duele ver cómo los dos equipos que más quiero están sufriendo tanto. Pero también sé que no hay nada que pueda hacer para evitarlo. Sólo puedo esperar que algún día vuelvan a ser los equipos que fueron y que me hagan volver a sentirme orgulloso de ellos.

Mientras tanto, seguiré apoyándolos desde la distancia, aunque me cueste verlos perder. Porque el amor es así. A veces duele, pero nunca desaparece.

Y aunque Valladolid y Levante estén pasando por un mal momento, sé que algún día volverán a ser los equipos que me enamoraron. Y cuando eso ocurra, estaré allí para celebrarlo con ellos.

Porque el amor verdadero nunca muere.